Vlad Tepes o Vlad el empalador fue un Príncipe de lo que hoy es Rumania, Se convertiría en el más notorio, gracias a que su vida constituyó la inspiración de la novela Drácula.
Aunque el empalamiento era, evidentemente, la diversión favorita de Vlad, también gozaba con la aplicación de otros métodos a quienes de un modo u otro le habían hecho enfurecer, normalmente en la intimidad de sus castillos. Entre los métodos de tortura favoritos del Príncipe de Valaquia se contaban también la amputación de miembros, narices y orejas; la extracción de ojos con ganchos; el estrangulamiento, la hoguera, la castración, el desollamiento, la exposición a los elementos o a fieras salvajes, la parrilla y la lenta destrucción de pechos y genitales, especialmente de las mujeres y por último el desencaje de mandibulas.
· Eliminación de pobres y gitanos
Una de sus actuaciones en su reinado fue cuando la población se quejaba de los continuos robos que sufrían por parte de ladrones y asaltantes en sus territorios, además de los pobres, que según Vlad no aportaban nada al país. Para erradicar esto propuso un gran festín en una gran casa de las afueras de las ciudades para pobres, ladrones, tullidos, leprosos, enfermos, pordioseros, en donde las grandes viandas y el vino estaban por doquier. Cuando ya todos estaban bien servidos de comida y borrachos de vino, Vlad y su guardia se plantaron en la casa y preguntó a todos los allí reunidos si querían una vida sin privaciones ni preocupaciones y que todos los días se dieran festines como aquel, a lo que los mendigos y demás personas respondieron que sí y que había sido el mejor día de sus vidas. Vlad les sonrió y mandó a sus soldados que cerraran todas las puertas de la casa y prendieran fuego sobre ella. Nadie quedó con vida. Eliminó la pobreza acabando con los pobres. Esto se fue repitiendo con todos los mendigos en cada comarca de su principado. Llegaron a morir 3.600.
· Mensajeros turcos
En Cierta Ocasión, se presentaron ante él unos emisarios del Sultán procedentes de Estambul. Estos iban ataviados con sus ropas tradicionales, entre ellas el turbante, como al presentarse ante él, Vlad les preguntó que por qué no le mostraban respeto descubriéndose la cabeza, a lo que los turcos respondieron , que no era costumbre en su país, Vlad, ofendido, decidió reforzar sus costumbres y los devolvió a Estambul con los turbantes clavados a los cráneos, para que nunca se los sacasen.
· El comerciante
Un buen día, un comerciante florentino se presentó en su castillo para denunciar que le habían robado una bolsa de monedas de oro. El príncipe le dijo que volviera al día siguiente. Cuando el mercader retornó al día siguiente, los ladrones y todos los miembros de sus familias estaban empalados en el patio de castillo.
· La amante
Vlad tuvo muchas amantes a lo largo de su vida, probablemente debido al hecho de que le duraban muy poco. Un día que Vlad estaba de muy mal humor una de sus amantes le dijo para complacerle que estaba embarazada de él. Vlad le envió una matrona para que la examinase y cuando ésta le dijo que no había tal embarazo le rajó literalmente el vientre a su amante gritando que quería ver el fruto de sus entrañas.
· El noble con agudo sentido del olfato
En el día de San Bartolomé en 1459, Vlad Draculea mando a empalar a 30.000 mercaderes y nobles de Transilvania de la ciudad de Brasov. Para ver como se cumplían sus órdenes, el príncipe hizo que preparen su mesa frente al bosque de los empalados, invitando también a los boyardos al banquete. Mientras comía, Vlad se dio cuenta que uno de los boyardos estaba cubriendo su nariz para evitar el terrible olor de vísceras y sangre. Vlad ordenó que el sensible noble fuese empalado en una estaca más alta que el resto para que pudiera evitar el olor del resto de los empalados.
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